Luego de caminar sentada
y de beber agua justo en el segundo en que respiraba
he notado algo curioso:
Valdivia se ha aproximado sin querer queriendo
hasta volverse algo qwrtpñlkjhg.
Pero igual me siento fdszxcvbnm
¡Que raro no!
viernes, 18 de enero de 2008
sábado, 12 de enero de 2008
Digamos que es la madre la que nos acoge en su cuerpo para mutuamente mantenernos en equilibrio.
No somo propietarios de su ser, sino que simples inquilinos, seres en transición con la obligación de cuidarla para las generaciones que han de sucedernos.
Es sabido por todos que la hemos herido, pero aun estamos a tiempo de darle un abrazo de paz.
Seamos visionarios y dejemos de pensar solamente en las necesidades humanas.
Debemos asumir un perdón, un compromiso y un respeto hacia ella
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